El CLIENTE entra a la armería. Se acerca al mostrador, tras el que se encuentra el VENDEDOR.
CLIENTE:
Buenas. Vengo buscando un arma de fuego.
VENDEDOR:
¿Para usted?
CLIENTE:
No; para regalo.
VENDEDOR:
Para regalar... tenemos una de esas que hacen ¡PAM!
CLIENTE:
Aunque eso está muy visto. ¿No tiene de esas que hacen ¡PUM!?
VENDEDOR:
Bueno, las que hacen ¡PUM!, para regalo, quedan un poco cutres. Para usarlas en casa, con los amigos, para una ruleta rusa, vale. Pero para regalo... Por el mismo precio, te puedes llevar una de las que hacen ¡PUMBA!, que queda más vistoso.
CLIENTE:
(impresionado)
A dónde va a parar. ¿Y no tiene algo más caro?
VENDEDOR:
Nos meteríamos en esas gordas que hacen ¡CATAPUMBA! Aunque son de ponerlas fijas en el sitio. Vienen con trípode incluído. La siguiente es de las que hacen ¡¡PRUACATAPUMBA, PUM, PIUM, POOOOOM...!!
El VENDEDOR gesticula como un loco, totalmente poseído, mientras el CLIENTE lo mira pasmado. Al terminar la demostración, el VENDEDOR sonríe satisfecho.
¿A que es buena?
CLIENTE:
Impresionante.
VENDEDOR
(mientras le muestra un catálogo):
Va orientada para ocasiones especiales: golpes de estado, guerras mundiales... Ideal para grupos. Es lo que llamamos `Arma de destrucción masiva´, porque vale el precio que marca, más IVA.
CLIENTE:
Esta última se me va del presupuesto. ¿Qué me recomienda usted? Es para mi hijo.
VENDEDOR:
Tenemos un modelo especial para adolescentes. Una de las que hacen ¡RATATATATA!, ideal para matar a mucha gente en muy poco tiempo. Está muy de moda, para llevársela al instituto y cargarse a los compañeros, el profesor...
CLIENTE:
Bueno, realmente mi hijo tiene 5 años...
VENDEDOR:
¡Haberlo dicho antes! Para niños de 3 a 6 años tenemos la mina antipersonal, que hace ¡BUM! Está recomendada por pedagogos, para motivar a los niños sin el uso de violencia. Tan sólo utilizando el refuerzo positivo y negativo.
CLIENTE:
¿Y cómo funciona?
VENDEDOR:
Esto se activa y se esconde por la casa. Entonces mete al niño dentro de la casa y cierra con llave. Al niño se le dice: “Nene, si encuentras la mina y la desactivas, te doy un caramelo (refuerzo positivo) y si no la desactivas, te quedas sin brazos (refuerzo negativo). Está muy de moda en Colombia. Es la bomba.
CLIENTE:
Pues creo que me voy a llevar un par de minas, por si falla una, y una de esas que hacen PUM, para mí.
VENDEDOR:
¿Quiere probarla?
CLIENTE (cogiendo la pistola):
¿No le importa?
VENDEDOR (ofreciendo su corazón):
Apunte bien, el esternón está aquí. Pues un poco a su derecha.
CLIENTE:
¿No prefiere que le dispare en el brazo?
VENDEDOR:
¡No! Fui esta mañana a sacarme sangre y me duele un montón.
El CLIENTE se prepara para disparar en el corazón al vendedor. De repente cae en la cuenta...
VENDEDOR:
¡Ah! Se me olvidaba... ¿No le importa pagarme antes?
CLIENTE:
Por supuesto.
El CLIENTE deja unos billetes encima del mostrador. El VENDEDOR sonríe. Después, el CLIENTE le dispara y el VENDEDOR cae al suelo y muere.
CLIENTE:
Pues sí que funciona. ¡Muy amable! Hasta luego.
El CLIENTE coge las minas y su pistola y se marcha.
FIN